Consejos básicos para elegir la hipoteca que más te conviene


El hecho de adquirir una vivienda en propiedad, y la consiguiente elección del préstamo hipotecario necesario para sufragar los gastos asociados a la formalización de la compra, son dos de las decisiones más importantes, a nivel económico, que deberás tomar en tu vida personal.
No en vano, el pago de las cuotas de una hipoteca pasa por ser la principal partida de gasto a la que deben enfrentarse mensualmente las economías personales y familiares en nuestro país, y la que, además, generará una obligación durante más tiempo.
En líneas generales, estos son los aspectos que deberás tener en cuenta a la hora de decidirte por las distintas alternativas hipotecarias existentes en el mercado:
Identifica tus posibilidades de gasto actuales y tus previsiones a medio y largo plazo, teniendo en cuenta que los gastos asociados al pago de las cuotas de tu préstamo hipotecario supondrán entre un 25 y un 50% de tus ingresos mensuales, la concreción de tu capacidad de gasto actual será esencial para poder definir la hipoteca que más se ajusta a tu perfil. Del mismo modo, al tratarse de una deuda a muy largo plazo, será interesante que trates de determinar cómo evolucionará tu capacidad de gasto en los próximos años, pero siempre desde una perspectiva totalmente realista.
Infórmate sobre las distintas alternativas de préstamos hipotecarios que tienes a tu alcance. Una vez que tienes claro tu nivel de ingresos, sus perspectivas de continuidad y, en definitiva, tu capacidad de gasto real, podrás pasar a analizar las distintas alternativas de hipoteca disponibles en el mercado.
Si bien el producto financiero que te ofrezca cada entidad financiera tendrá sus propias características y condiciones, se pueden identificar tres modalidades principales de préstamo hipotecario: 
  • Hipotecas a tipo fijo: se caracterizan por la fijación de una cuota constante, es decir, que no variará mensualmente ni con el paso de los años. A pesar de que, a priori, puede parecer la modalidad más adecuada, ya que conoceremos desde un principio el montante mensual a pagar, es más que probable que esta estabilidad haga que no sea la más conveniente desde un punto de vista financiero.
  • Hipotecas a tipo variable: se trata de aquellas hipotecas en las que las cuotas a pagar estarán sujetas a las variaciones de un índice de referencia, como puede ser el Euribor. Será la modalidad más adecuada cuando te encuentres en entornos inflacionistas o decidas adquirir tu vivienda en un momento en el que este índice de referencia se encuentre en niveles comparativamente altos.
  • Hipotecas a tipo mixto: suponen una combinación de las dos modalidades anteriores, en la que se suele establecer un tipo fijo para los primeros años del préstamo hipotecario, para pasar posteriormente a un tipo variable. De esta forma, podrás asegurarte una cierta estabilidad financiera inicial y aprovecharte de las ventajas de la modalidad variable a medio y largo plazo